La paradoja de la existencia: nada está separado
No elijo.
Elijo no elegir.
Entre lo que sube y lo que cae
ahí existo.
Textos que tienden puentes entre lo visible y lo invisible.
No elijo.
Elijo no elegir.
Entre lo que sube y lo que cae
ahí existo.
El oxígeno que exhalas, que también inhalo,
es un huésped que lleva siglos viajando:
ya fue aliento de un árbol antiguo,
vaho de un mundo que ya no existe,
fragancia viva de otros pulmones.
Guardián del umbral,
aunque me arrancaste del gris
y me arrojaste al recinto donde la espera
se volvió signo en la lengua,
Declaro mi lugar:
no en la herida del sacrificio,
sino en la raíz que ya arde
con su propio orden.
Un velo se descorre,
un espejo líquido
me mira a través de mi rostro multiplicado;
se disuelve,
se descompone en reflejos que no obedecen.