Poema sobre dejar de buscar señales y elegir actuar
Eligir actuar
Imagina un sendero abierto al borde de una arboleda.
La tarde cae lenta
y el aire huele a hierba húmeda.
Textos que tienden puentes entre lo visible y lo invisible.
Un destello se despliega
y se invierte sobre un límite
oscuro:
Entre lo que sube y lo que cae
ahí existo.
Guardián del umbral,
aunque me arrancaste del gris
y me arrojaste al recinto donde la espera
se volvió signo en la lengua,
Declaro mi lugar:
no en la herida del sacrificio,
sino en la raíz que ya arde
con su propio orden.
Un velo se descorre,
un espejo líquido
me mira a través de mi rostro multiplicado;
se disuelve,
se descompone en reflejos que no obedecen.
Cuando la silla
se vuelva áspera,
no acomodarse,
Si me buscas,
toca mi puerta del Este,
donde el amanecer es lúcido,
y la claridad enciende la frente.