¿Dónde, el equilibrio?

Cuando los pensamientos
son sedimento o espuma
la conciencia deja de existir
y se borra en la ausencia
Mientras tanto,
el tiempo sostiene el ritmo,
el bote mece mi cuerpo
y espera que el peso vuelva
Huyo de la estría acróbata
que me obliga a medir el ahora
y me empuja a mentirme
Venzo la línea equilibrista
y encuentro el veneno
(el antídoto le acompaña)
Subo el volumen, Cesária Évora
proyecta alma en cada nota
Pido —suplico—
que la resaca vuelva
Ya no me asusta
La marea cede la verdad,
aunque después se la lleve
siempre deja una huella
Ya no me asusta
Sombreo mi contorno
por si el cuerpo desaparece
La corriente me absorbe,
el ritmo se impone al tiempo,
el bote sostiene mi peso
y me queda una duda:
¿Dónde, el equilibrio?

Por amor a la poesía

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