Poema sobre la maternidad y el tiempo
Un niño juega descalzo
sobre el césped húmedo.
Su risa remueve la tarde,
relámpago de agua clara.
Un niño juega descalzo
sobre el césped húmedo.
Su risa remueve la tarde,
relámpago de agua clara.
Un velo se descorre,
un espejo líquido
me mira a través de mi rostro multiplicado;
se disuelve,
se descompone en reflejos que no obedecen.
Cuando la silla
se vuelva áspera,
no acomodarse,
Si me buscas,
toca mi puerta del Este,
donde el amanecer es lúcido,
y la claridad enciende la frente.
El sendero se cerró,
y volvió a abrirse
unos metros más allá, con otra forma.
El claro donde termina
aún permanece:
espacio silente
que la maleza respeta,
lugar donde una mujer
se detuvo a sentir
la voz del bosque.