Poema sobre cargar con responsabilidades ajenas y el servicio confundido con deber
En una estación,
un hombre me pide que custodie su mochila.
Poemas que brotan de lo íntimo: memoria, emociones, lo confesional.
En una estación,
un hombre me pide que custodie su mochila.
Si me buscas,
toca mi puerta del Este,
donde el amanecer es lúcido,
y la claridad enciende la frente.
Mi madre se dormía
con las manos cerradas.
No sé qué sujetaba.
Ya no sé fingir.
O no quiero hacerlo.
Alguien, a mi lado, escupe su enfado.
Espera mi voz de consuelo.
Le ofrezco silencio, sin juicio.
Hay un lugar, cerca del esternón,
que no sabe mentir.