Ahora que ya he aprendido que a la primera persona a la que debo cuidar y satisfacer es a mí misma; ahora que conozco y reconozco el compromiso y la voluntad que se necesitan para cuidar y dar, dar, dar; ahora que soy madre; ahora que entiendo qué significa el verbo alimentar:
Cuando ella cocina,
las partículas de vapor
suspendidas por la casa
tienen el poder
de reconstruir mi infancia,
y me recuerdan la generosidad
con la que siempre
ha condimentado nuestras vidas.
El aroma de su comida
me habla de la emoción
que siente el estómago
saciado de felicidad,
de la fruta con sabor a ajo
porque ese es el olor
de la sabiduría de sus manos
y de tanto, tanto, cariño
que hay suficiente para
llenar las fiambreras.
Una vez más,
el amor de mi madre,
aderezado con el aceite
de su tierra natal,
penetra en mi alma
y la alimenta.
