Frecuencia propia

Poema sobre hallar la soberanía propia y fuerza interior

Ya no busco en lámparas ajenas
lo que, con suavidad,
arde dentro.
No releo verdades en otros ojos;
prefiero encarnarlas, simplemente.

He cruzado escombros,
pisados sin conciencia, con miedo, sin propósito;
también con los brazos abiertos,
con valentía…
y aprendí a incendiarlos.
(Te aseguro: las cenizas purifican.)

Ya no pido permiso para compartir,
ni busco aprobación.
No espero que mi presencia te resuene
—ni a ti, ni a nadie—,
pues cada cual habita
su propia frecuencia
y desde ella, que fluya la armonía.

Por fin,
tras comprender esta lógica serena,
habito la casa
que siempre anhelé.

Y ahora, al exhalar
el aire que hace un segundo
me dio la vida (despacio),
me digo, bajito:
«Este es mi lugar».

Deja que el poema te encuentre