Somos

Como árboles que extienden sus raíces,
y con sus hojas se buscan,
en comunión con el bosque.

Si nuestras voces no nos separan,
somos también la tierra y el agua.

Bajo la piel, la misma savia.
Caminamos en la sombra del otro
sin ver, pero sintiendo
el peso del mismo viento.

Nos damos algo invisible,
un reflejo que no pide permiso,
que se impregna en los ojos.

Los brotes se inclinan
para alcanzar las diferencias.
La fuerza no es solo crecer,
sino sostenerse. Unidos.

Y cuando el tiempo muera,
bajo la misma raíz,
nos fundiremos.

Por amor a la poesía

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