Poema sobre un momento de lucidez y despertar a una nueva forma estar en el mundo
La materia ha aprendido a ser leve;
el tiempo, desnudo.
La materia ha aprendido a ser leve;
el tiempo, desnudo.
En la plaza,
un hombre mira
cómo su hija corre detrás de la pelota.
Ella se detiene al borde de un muro,
mide la distancia
y renuncia a saltarlo.
En una estación,
un hombre me pide que custodie su mochila.
El plato vibra
cuando alguien lo deja sobre la mesa.
Esa oscilación viaja,
se adhiere a la piel del día
como un resplandor discreto.
La mayoría de las flores
se alzan con medida.
Obedecen un mandato.
Pero a veces,
una amapola
rompe el trazo.
Su tallo replica el ímpetu
de las semillas valientes,
que el sol consagra
con su mirada oblicua.
…