El mundo es otro

Permanezco en la flor de la filosofía,
abriéndome al no-tiempo.
Su antesis agita los dormitorios,
legitimando la belleza del vacío.

En cada nueva perspectiva, el mundo es otro.

Permanezco en la credulidad,
donde el poder de las estrellas
protege el canto de las almas
que duermen en la tierra.

Con cada voz que despierta, el mundo es otro.

Permanezco en la cordura,
guardiana del sentido de la vida,
aquí el centro cardíaco se recrea,
se expande sin dimensión ni forma.

En cada expresión, el mundo es otro.

Permanezco en el útero original.
No necesito matar para sobrevivir,
ni morir para comprender la herida.
Crear amor es el inicio.

Con cada creación única, el mundo es otro.

Permanezco en la intersección,
donde puedo volver a elegir el camino.
Desde la cruz, que marca el comienzo
de lo esperado, de lo desconocido;

soy libre.

Por amor a la poesía

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