El vértigo de la evolución

antes de imaginar el salto
y planearlo fríamente,
de comunicarme con la voluntad
desde la mente y, con sinceridad,
convencerla de nuestra fortaleza…

después de soñar el salto
y, apasionadamente, respirarlo,
de dialogar con la voluntad
desde el corazón sereno
para convencerla de nuestra entrega…

ahora, mientras trasciendo creencias
que me han sostenido firmemente
y que ya no me sirven, el vértigo
—al ver las flores de mi tumba—
se hace más presente al otro lado,

aquí aún no me reconozco

Por amor a la poesía

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