Para qué decirlo

Si no hace florecer el brote en el bosque, si no enciende una lámpara en la habitación más oscura, entonces, ¿para qué decirlo?

Hay pensamientos que, al hacerse palabra, abren grietas antes de perderse en el aire. O caen como piedras: indiferentes al agua, a la onda que provocan, o a la vida que dañan.

Hay verdades que, en su silencio necesario, se transforman en la pausa que da sentido a la música; en olas que retroceden, embelleciendo la playa; en el instante inspirador antes del amanecer. Y en ese lugar, lo que no se dice se convierte en una raíz invisible, que sostiene lo que debe crecer, lo que debe ser cuidado.

Por amor a la poesía

Únete para recibir en tu bandeja de entrada
poemas y textos que quizá te inspiren.

error: Contenido protegido