no dije mi nombre completo
por años
como si nombrarme a medias
obedeciera a un hechizo
de transfiguración
aprendí a doblarme
para caber en la forma
de otras mujeres
pero el cuerpo no olvida su código
empezó por incomodar
detrás del espejo
en la raíz del sueño
la noche se unió a otra noche
y casi diluida
sin testigos
sin consuelo
lloré por años
el día volvió a la luz del día
me di nombre
me di amor
me di tregua
fue un acto quirúrgico lento:
retiré lo ajeno
dejé la herida abierta
me consagré
me rendí
me acepté
y aún sangrando
me reconocí