He bordeado barrancos,
en sus filos supe del negro y de los ruidos
Aprendí en ellos la geometría del error
Regresaba desde ellos y agradecía que, 
a pesar de la escasez y de los huracanes,
en mi hogar estaba todo

Quiero
aprender a saltar al vacío
hasta que el cuerpo decida
que ha ganado a la vida
y que el trofeo es la muerte
Hay noches que peregrino indefensa
sobre la arista de mis escombros,
integro el vértigo para después
deleitarme en la luz que me habita