Autocuidado
hoy me hablé
como si nunca me hubiera fallado
hoy me hablé
como si nunca me hubiera fallado
Aunque estos huesos conocen la quietud
y las grietas de su casa,
su fuerza interna acepta
el ruido.
Si me pongo la máscara,
sabiendo que es solo eso,
estoy honrando su cuerpo.
He vuelto al lugar donde soy
la semilla y el fruto,
donde mi mente se desarma,
un desprenderse necesario.
Está en el borde de mi cama.
La mente se asoma,
como un niño inquieto en la ventana,
esperando oír su nombre.