Todos somos un único cuerpo: humanidad
Como árboles que extienden sus raíces,
y con sus hojas se buscan,
en comunión con el bosque.
Como árboles que extienden sus raíces,
y con sus hojas se buscan,
en comunión con el bosque.
Antes de integrar lo nuevo,
hay que repasar el caos que fuimos,
el poso de las promesas con las que nos mentimos
y los vestigios de lo que nos arrastró
por caminos sin mapa ni corazón.
Hay pensamientos que, al hacerse palabra, abren grietas antes de perderse en el aire. O caen como piedras: indiferentes al agua, a la onda que provocan, o a la vida que dañan.
El corazón avanza,
la mente inferior se queda al margen;
lo material, menos tangible,
cede su poder al elevarse.
Permanezco en la flor de la filosofía,
abriéndome al no-tiempo.
Su antesis agita los dormitorios,
legitimando la belleza del vacío.
[…]
Después de soñar el salto
y respirarlo apasionadamente,
de dialogar con la voluntad
desde el corazón y, con serenidad,
convencerla de nuestra entrega…
[…]
Huir de
lo que hiere.
Desprender
el miedo,
como la
salamandra
que deja
atrás su cola
cuando
está peligro,
para que
en su lugar
crezca el
coraje.
Doy gracias
por las personas de mi vida
que han «florecido»,
sabiendo que no son superiores.
Conscientes de que nos necesitamos.
Doy gracias
por las personas de mi vida
que han «florecido»,
sabiendo que no somos inferiores.
Conscientes de que nos necesitamos.
Todas las semillas, sin excluir
a ninguna, somos parte
de la belleza diversa
de un bosque que, al brotar,
no impone límites,
y se nutre de nuestras diferencias,
proyectando un paisaje trascendental,
donde la verdad y la libertad
fortalecen la tierra.
He bordeado barrancos,
en sus filos supe del negro y de los ruidos
Aprendí en ellos la geometría del error
Regresaba desde ellos y agradecía que,
a pesar de la escasez y de los huracanes,
en mi hogar estaba todo