Poema sobre la voluntad de trascender un miedo
Hay un instante lúcido,
impulsado por fragmentos
que pidieron ser escuchados,
un sentido poderoso,
capaz de mostrar la piedra de ignorancia
que atraviesa la garganta.
Hay un instante lúcido,
impulsado por fragmentos
que pidieron ser escuchados,
un sentido poderoso,
capaz de mostrar la piedra de ignorancia
que atraviesa la garganta.
Te sacaban del aula.
Te dejaban en el pasillo,
con una hoja en blanco
y la espalda en llamas.
Me despierto más tarde que el cuerpo.
Hay algo en mí que no se mueve,
pero arrastra.
Una esencia quieta
que espera ser tocada.
Sostenía el cuenco roto de otros,
con las manos quietas.
Al borde de la cama,
la manta recogida
como un cuerpo que se resiste
a perder el calor.