Mi propia llama
No heredé rezos,
los recordé.
No copié caminos,
los caminé con pies valientes.
Poemas que brotan de lo íntimo: memoria, emociones, lo confesional.
No heredé rezos,
los recordé.
No copié caminos,
los caminé con pies valientes.
No hay milagro.
Solo un leve ajuste:
otra frecuencia.
aprendí a doblarme
para caber en la forma
de otras mujeres
hoy me hablé
como si nunca me hubiera fallado
Al principio no entendía
por qué no era como los demás.
Aunque estos huesos conocen la quietud
y las grietas de su casa,
su fuerza interna acepta
el ruido.
He aprendido a no contar las veces que no ocurrió nada.
No porque no duelan —duelen—,
sino porque esa álgebra no vuelve fértil la tierra.
Duermo con la mente vacía.
Me levanto tarde y evito las promesas.
Mi casa no tiene puerta trasera
ni cajones donde esconder el miedo
De niño fue templado, silencioso.
Crecía en el silencio y sin testigos.
Habitaba en sí mismo, sin alarde,
como crecen las raíces en invierno.