Poema sobre la procrastinación y el peso invisible del autosabotaje
Me despierto más tarde que el cuerpo.
Hay algo en mí que no se mueve,
pero arrastra.
Una esencia quieta
que espera ser tocada.
Textos que dialogan con el tiempo, el sentido y la condición humana.
Me despierto más tarde que el cuerpo.
Hay algo en mí que no se mueve,
pero arrastra.
Una esencia quieta
que espera ser tocada.
Hay vivencias que
no caben en el cuerpo:
se quedan en la garganta,
casi siempre en el estómago
Sostenía el cuenco roto de otros,
con las manos quietas.
Muchos días
enciendo una vela blanca antes del mediodía.
Los días ya no se instalan con la lentitud de antes.
Vienen, hacen lo suyo —lo preciso—
y se convierten en el siguiente.
No hay milagro.
Solo un leve ajuste:
otra frecuencia.
hoy me hablé
como si nunca me hubiera fallado
Al principio no entendía
por qué no era como los demás.
He vuelto al lugar donde soy
la semilla y el fruto,
donde mi mente se desarma,
un desprenderse necesario.