Poema onírico
Un velo se descorre,
un espejo líquido
me mira a través de mi rostro multiplicado;
se disuelve,
se descompone en reflejos que no obedecen.
Textos que dialogan con el tiempo, el sentido y la condición humana.
Un velo se descorre,
un espejo líquido
me mira a través de mi rostro multiplicado;
se disuelve,
se descompone en reflejos que no obedecen.
Si me buscas,
toca mi puerta del Este,
donde el amanecer es lúcido,
y la claridad enciende la frente.
Ya estoy al otro lado del puente.
No tengo prisa.
Te espero.
La abuela parte el pan sobre la tabla
con movimientos suaves, como si supiera
que el cuchillo no corta solo el pan.
Desnudos de nombre,
bajamos al círculo.
La sal del origen
aún duerme en la lengua.