Poema sobre el crecimiento interior y el arte de nutrir la propia vida
Hay vivencias que
no caben en el cuerpo:
se quedan en la garganta,
casi siempre en el estómago
Textos que dialogan con el tiempo, el sentido y la condición humana.
Hay vivencias que
no caben en el cuerpo:
se quedan en la garganta,
casi siempre en el estómago
Sostenía el cuenco roto de otros,
con las manos quietas.
Muchos días
enciendo una vela blanca antes del mediodía.
Los días ya no se instalan con la lentitud de antes.
Vienen, hacen lo suyo —lo preciso—
y se convierten en el siguiente.
No hay milagro.
Solo un leve ajuste:
otra frecuencia.